Siendo licenciado de historia y filosofía, Master en Cooperación Internacional de desarrollo, Kenny Lavacude se convierte en el director de la fundación ACPO en el año 2012, buscando reconocer la labor educativa de las Escuelas Radiofónicas y revivir el proyecto que favoreció a miles de campesinos de Colombia, pero ésta vez con apoyo de la tecnología, generando las Escuelas Digitales Campesinas; una versión más tecnificada que los Institutos Radiofónicos que se crearon en 1949 en Acción Cultural Popular.
ACPO es una organización de la iglesia, nacida en el año 1947 por iniciativa del bicario José Joaquín Salcedo que inspirado en acabar con las necesidades del campesinado colombiano, crea una organización para el pueblo, reduciendo la pobreza, el alejamiento de los centros urbanos y las mínimas posibilidades de desarrollo y participación social, “entonces monseñor basado en dos talentos que él tenía, como radioaficionado y por otra parte tenía un gran gusto por el cine, se dio cuenta que estos dos medios eran eficaces a la hora de transmitir mensajes, principalmente del evangelio, pero posteriormente se dio cuenta que el campesino además, necesitaba más elementos para su desarrollo y para vivir bien, entonces fue desarrollando poco a poco un sistema educativo muy eficaz y además muy llamativo para los campesinos; lo llamó las escuelas radiofónicas y que hoy en día conocemos no solamente en Colombia sino en otras partes del mundo como ACPO O Radio Sutatenza.” Menciona Kenny, refiriéndose a José Joaquín, quien años después se convirtiera en monseñor.
Las Escuelas Radiofónicas estaban conformadas por grupos de personas que se reunían en torno a Radio Sutatenza, emisora perteneciente de la Organización ACPO, y fundamentada como el primer y más importante de los medios que se implementó como herramienta educativa para los campesinos “fueron pasando los años y fueron arribando más posibilidades de medios de comunicación para fortalecer la acción de Radio Sutatenza, aparecieron libros, cartillas, radios más sofisticados, aparatos de disco, aparatos de grabación y las escuelas radiofónicas se iban extendiendo por todo el país, aparentemente de lo que existe en las investigaciones en la literatura, habríamos llegado a más de mil municipios de Colombia y tendríamos aproximadamente unas 25.000 escuelas radiofónicas” confirma Kenny, mencionando además que en el proceso de las Escuelas Radiofónicas, en los ultimos años de la organización aparecen las escuelas de líderes, “que fueron fundamentales para el desarrollo de ACPO y para el desarrollo del campo colombiano, esas escuelas de líderes eran masculinas y femeninas, y había unas en Sutatenza y otras en Caldas Antioquia; permitieron que el país contara con cerca de 24000 líderes que llevaron el germen de ACPO a las regiones y enseñaban una forma de trabajar, de pensar y de participar socialmente”.
También apareció el periódico campesino que apoyaba el proceso de educación de las Escuelas Radiofónicas, donde la emisora Radio Sutatenza fue el medio por excelencia, a través del cual recibían las enseñanzas y las instrucciones en las Escuelas Radiofónicas del país. El Periódico El Campesino permitía que llegara información, siendo también la voz de los campesinos; llegaba a distintas regiones y de esta forma los campesinos de una zona conocían qué era lo que estaba pasando con otras zonas.
Luego de cuarenta años de ininterrumpida labor educativa, hacia finales de los años ochenta y comienzos de los años noventa, “por distintas razónes, la coyuntura social, política y económica del país, la llegada de la educación formal al campo, y también por el conflicto interno que se estaba viviendo tan terrible en Colombia” Kenny menciona que desde ese entonces la organización pasa por “un periodo modesto” desde 1992 hasta el año 2008, en donde ACPO se dedicó a contribuir en la gestión y la implementación de pequeños proyectos educativos principalmente en Boyacá.
“Ahora comenzamos una nueva etapa en Acción Cultural Popular; esta nueva etapa básicamente lo que quiere hacer es continuar la obra de Acción Cultural Popular pero con nuevos medios de acción. Nosotros entendemos que hoy en día la plena inclusión social y económica de las personas pasa también por la inclusión digital, es decir que si las personas no tienen acceso a la sociedad de la información y la comunicación, pues quedan relegadas del desarrollo y por lo tanto va a ser un poco más difícil que conquiste nuevos escenarios económicos y políticos, sin necesidad de salirse del campo” la propuesta de la fundación, en cabeza de su director Kenny Lavacude, es llevarle a los campesinos todos los adelantos del mundo a sus veredas, a través de las tecnologías de información y comunicación, que sirvan de vehículo de formación, de información y de oportunidades para el desarrollo de los campesinos, de sus familias y por lo tanto de las regiones, departamentos y finalmente del país.
Es una propuesta bastante ambiciosa, que presenta un doble analfabetismo, pensándolo desde la tecnología y la internet, como medios no conocidos y poco usados por los campesinos, pero sin duda, el logro de este objetivo, tendrá la capacidad de brindar bienestar y mecanismos de desarrollo a todo país. entendido como una forma de pago a la deuda social que tiene Colombia a los campesinos, ratifica Kenny, sustentado en que “los campesinos no solamente han estado relegados del desarrollo, también son quienes más vidas le han aportado lastimosamente al conflicto, y estamos apoyando entonces procesos educativos a través de las tecnologías de la información y la comunicación con una iniciativa llamada “Escuelas Digitales Campesinas”, esas escuelas son oportunidades de formación en campo a través de las nuevas tecnologías y básicamente centradas en cuatro áreas, la alfabetización digital, el liderazgo, el conocimiento del medio y oportunidades económicas en un curso que llamamos Empresas de Asociación” Kenny.
Kenny Lavacude
